#cartadeoscar
Son muchos los testimonios que, a través de los evangelios, nos afirman que a Jesús le gustaba ser tocado y tocar.
Abrazaba, se dejaba abrazar, tocaba a ciegos, a leprosos, a muertos… y tocarle o ser tocado por él era motivo de sanación.
Dios quiere que le toquemos, Dios nos quiere tocar. Dios nos quiere sanar. Dejémosle.
Ofrezcámonos a Dios para ser esa caricia sanante del Creador hacia su criatura.
El que puede crear de la nada puede re-crear, volver a crear, lo que el pecado ha destruido.
Hagamos con los demás lo que queremos que Dios haga con nosotros.
Feliz semana.
Óscar Benavent.